Heridas y cicatrices: lo que perdimos hoy

2 de julio de 2013



Para Luis y Andrés y sus familias
Para la madre de Nancy

La ciudad construye su rostro y su perfil por las memorias que la habitan, por sus heridas, por las cicatrices inscritas en su mapa-piel. La muerte absurda, cruel, inútil de Luis y Andrés, dos jóvenes que fueron “levantados” –como ya acostumbramos decir, en ese narcoñol que se nos ha filtrado hasta los huesos-, en una plaza comercial en la Zona Metropolitana de Guadalajara, exige elevar una voz colectiva que haga estremecer a las estructuras del poder, el legítimo y el paralelo. “Desaparecieron” (esa palabra que nunca cuestionamos, como si la gente practicara actos de magia, como si se tratara de fantasmas que deciden abandonar una escena), un 21 de junio de 2013, justo en el solsticio de verano, el día más largo del año, sin duda lo fue para los dos amigos. Al poco tiempo, la autoridad, esa que se empeña en negar lo evidente, su incapacidad para hacer frente a los graves problemas derivados de las múltiples violencias del país, afirmó, sin despeinarse –tal como ocurrió en Villas de Salvárcar, en Nuevos Horizontes, en Tepito, en New Heaven, y los ejemplos pueden seguir-, que los jóvenes “estarían” o “habrían estado” (ese modo-tiempo verbal condicional, pretérito perfecto, que se conjuga para fabricar hipótesis que culpen a la víctima de su propia tragedia), vinculados, enganchados, metidos, cercanos al “problema” (ese eufemismo que nos salva de asumir la responsabilidad de todo lo que sucede), del narcotráfico. Conforme pasan los días, uno, dos, tres, cuatro, las hipótesis o “líneas de investigación” (esa palabra favorita de las autoridades para convencernos de que están trabajando), van cambiando. Incertidumbre, colapso de nuestros sistemas de comprender la realidad. Queremos, casi todos queremos, los que estamos más o menos al tanto, que los jóvenes aparezcan ya, pronto, con vida. Mantas gigantes aparecen en distintos puntos de la ciudad con las fotografías de Luis, de Andrés; es una realidad, la ciudad está ya marcada por este nueva herida, pero no quiere asumir lo que esto significa. Cadenas de correos terapéuticos circulan, boicot a las plazas, a la plaza, pensamiento mágico que sigue pensando que la violencia tiene un territorio circunscribible (evitar el centro, la noche, los barrios, ahora las plazas); un exorcismo tan inútil como poderoso, perder espacio público, replegarse, blindar la casa, es la alternativa cierta para sobrevivir a esta catástrofe: si no estoy afuera nada me pasa, si no uso “Facebook”, estaré a salvo. El problema no son las redes, apagar no soluciona nada, porque el problema es mucho más complejo.
Una ciudad tiende a olvidar aquello que la marca de forma negativa. Esta ciudad no quiere recordar que en los ochentas del siglo XX aceptó sin chistar un pacto que se le fue imponiendo, los “narcos” llegaron y con ellos los dólares, los centros comerciales, la bonanza urbanística; mientras el país se desmoronaba por la crisis bancaria y el inicio del coletazo de las políticas del capitalismo avanzado, esta ciudad florecía; nadie quiso, pocos quisieron, “pocos habrían querido”, entender las razones de semejante progreso. Hubo pactos silenciosos, ojos que no veían, acuerdos en las sombras, un modus vivendi. Muchos años después, un 2 de Julio de 2013, la evidencia está ahí, abrimos las compuertas del infierno, asistimos calladamente a una prosperidad que parecía inofensiva. Hay que pagar la cuenta y esa, nos corresponde a todos, aunque entre esos todos, las autoridades tengan una deuda mayor.
Lo doloroso, lo impactante, lo más dramático del “caso” (esa palabra que se instaura en nuestro vocabulario para evadir el dolor y la rabia frente a la realidad) de Luis y Andrés, es que han sido triplemente criminalizados: primero por ser jóvenes, porque “habrían estado” (aunque de manera involuntaria, menos mal) vinculados a un asunto de narcotráfico (muy oscuro) y después, porque un sorprendente número de “lectores” de los medios, celebran sin celebrar su terrible destino: lo merecían por acosadores, por burlarse de otro joven (que “presuntamente”, mi palabra favorita en esta babel en la que se ha convertido nuestra cotidianidad), que tuvo a mal resultar hijo del mero heredero de Nacho Coronel. ¿Les creemos?, puede este “caso” quedar reducido a un asunto de bullyng donde el protagonista no es ya “Carrie” de la película que intentó colocar el problema del acoso escolar en clave de terror, sino “el hijo de un narco”. Sin estar convencida de la “explicación” (porque aceptarla sin cuestión nos coloca, como ciudadanos, en una situación terrible), tengo preguntas: ¿Y la autoridad escolar? ¿Y los maestros? ¿Dónde estaban mientras “las burlas ocurrían? ¿El “presunto” hijo de narco, no dio nunca ninguna señal de su “linaje”? ¿Ningún maestro llamó la atención a Luis y a Andrés por sus bromas? ¿Llamó a sus padres, habló con ellos?
Hoy, exactamente a las 12:43 me fue confirmado por una persona de todas mis confianzas que los cuerpecitos de estos dos jóvenes habían sido finalmente encontrados, quedé sin habla. A lo largo del día, la información fue y vino, los comentarios de los usuarios-lectores en los medios fueron subiendo de tono. Alguien me preguntó en Facebook, que qué opinaba de la violencia de jóvenes contra jóvenes. El tema no es menor, en la ejecución de estos dos jóvenes la ciudad, el país, la sociedad se juega la posibilidad de replantear su futuro.
Considero que no, no se merecían la muerte, ni la travesía por la que seguramente pasaron. No, me parece que no estamos frente a un asunto que se deje leer desde “reacción al bullying”, es mucho más complejo. Se trata del fracaso de la sociedad.
Fracasar en la capacidad de volver inútil la opción por la violencia, fracasar frente a la evidencia de la falta de opciones en las que las y los jóvenes encuentren posibilidades de imaginar futuros, fracasar en la competencia judicial, ejecutiva y de manera muy importante la competencia legislativa, que es la única que puede y tiene la facultad de achicar el brazo punitivo del Estado y hacer crecer su brazo preventivo.
Me duele en lo profundo la muerte, terrible, de estos dos jóvenes. Pero faltan muchos datos, mucha claridad en las averiguaciones. No me sorprende pero me preocupa la velocidad del juicio, la acusada ignorancia de lectores, opinadores, autoridades, de lo terriblemente difíciles que es ser joven hoy día.
Hay heridas que nunca sanan, ésta puede ser una así. Guadalajara está herida de muerte y es sólo la acción colectiva, el involucramiento, la exigencia estruendosa de un ¡Ya Basta!, lo que puede convertir esta herida en una cicatriz que diga el pasado pero que nos permita construir un mejor futuro, ese que queremos para nuestros niños y jóvenes.
Luis y Andrés, este no es un memorial, es un llamado en su nombre para cambiar las cosas.
Y, en lo que vivimos este luto activo que nos toca a todas y todos, queremos de regreso a la pequeña Nancy que le fue arrebata a su madre en este verano que ya dura demasiado en esta ciudad con tantas heridas que no sanan.


15 comentarios:

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo contigo, el crimen no comienza en el rapto, concluye en el rapto y el asesinato. El crimen, el pensamiento criminal ha sido construido durante años, y cada vez que un mexicano sigue considerando que el éxito máximo en la vida es poseer un coche o un reloj caro, debe darse cuenta de que forma parte de un sistema que por privilegiar esos fines autoriza cada vez más medios ilegítimos y criminales.

Anónimo dijo...

Rossana,
Gracias por compartir este post. He emigrado, ya no vivo en México, pero me descoloca completamente escuchar (o leer) este tipo de noticias. Me aterroriza la carencia de valor de tiene la vida en México.
Ningun asesinato es justificable.

¿Por dónde se puede comenzar a quitar el cancer de la corrupción que tenemos en México?

Anónimo dijo...

Sensata tu reflexión! Hasta donde queremos llegar? Viendo "narltural" "normal" cosas y situaciones que para nada lo son!!!!

Anónimo dijo...

Me gusta tu reflexión...

Anónimo dijo...

Rossana
México está instalado en la locura, y los mexicanos de bien, instalados en la inopia. Todos sabemos la problemática, todos nos compadecemos de lo que le sucede al otro, pero no tomamos esos suceso como propios. No pensamos que lo sucedido a los vecinos, mañana nos puede suceder a nosotros mismos, y será entonces, cuando el "destino nos alcance" y estemos solos, sin apoyos de autoridad, gobierno y ciudadanía. Será entonces cuando nos echaremos las manos a la cabeza y nos preguntamos ¿Por qué nadie nos ayuda?. Lamentablemente en estos momentos no necesitas estar involucrado con el crimen organizado para que eventos como estos nos puedan pasar.

Desde cualquier punto de vista estas muertes son una gran pérdida, estas y tantas otras de jovenes de menos recursos económicos y por tanto con menos repercusión mediática, las que al final fueron "cerradas" en falso, por la incompetencia de nuestras policías. Muchas de estas muertes nada tenían que ver con el crimen organizado, pero ya se sabe, a rio revuelo.... todo se le achaca al narcotráfico.

Pero lo peor de todo es que las pérdidas seguirán, mientras la sociedad civil no se una (te haya o no, pasado una desgracia como esta). Nada cambiará mientras nostros mismos no cambiemos, mientras no cambiemos los valores sociales que acutalmente alabamos que es "tanto tienes-tanto vales, tanto poder tienes-puedes hacer todo lo que quieras". Por lo que he leído estos chicos fueron a la plaza comercial con la idea de poder entrar en el crimen organizado. POR DIOS!! que clase de monstros estamos creando, que clase de hombres y mujeres estamos generando, cuando el ideal de un chaval no es ser médico, arquitecto, científico... y su ideal es entrar en la mafia, que locura. No creo que se inspiraran leyendo la novela de Mario Puzo o viendo la película el Padrino... la información que tienen es la de todos los días, la de las sanguinarias mafias mexicanas.

Creo que los padres y la sociedad civil en general se tiene que hacer una reflexión y presión, a todos los niveles, desde los medios de comunicación para que los noticieros no traten estas informaciones en horarios infantil sería un primer paso, porque más que informar se está exaltando esta actividad delictiva.

Concluyo y reitero, mientras la sociedad civil no se involucre y presione a los políticos y a la polícia a dar resultados, mientras no tome más medidas de control para sus hijos, mientras siga viviendo en la inopia.... Noticias como esta se repetirán, así que recen para que la siguiente noticia de una desaparición no sea de algún ser querido.

Mafaldiuka dijo...

Te preguntas por la autoridad escolar... Pues están entre la espada y la pared.

Una familiar muy cercana, fue víctima de bullyng, pero en este caso la acosadora era o es hija de un narco. Tanto el director (sacerdote católico) como los profesores no podían hacer nada por temor a las represalias del padre... conclusión de la historia, a mi familiar la cambiaron de colegio y las niñas "bullyn" siguieron campando a sus anchas acosando a la siguiente. La moraleja que etas niñas aprendieron... impunidad y el valor de la violencia.

Unknown dijo...

Saludos Dra., primera vez que leo un blog de Ud., en verdad es cierto que la cantidad de información sobre la violencia que rodea a la sociedad jalisciense genera monotonía al respecto, acostumbra, yo mismo lo noté en mi persona, escuché sobre la desaparición de estos chicos e intuí el desenlace, lo guarde solo para mí pero hoy lo hice consiente; salió de mis adentros cuando vi la reacción de mi esposa cuando, en una conversación rutinaria en el coche rumbo a las actividades diarias, le dije: “supiste que encontraron a los dos chavos que desaparecieron de la plaza”, quizás fue el modo en que plantee el comentario pero su rostro se iluminó y dijo en tono alegre “sí”, comprendí que en su corazón albergaba que los encontrarán bien y obtuvieran quizás un regaño por su ausencia, entonces rectifico y doy la información completa “no, los encontraron en un predio en la primavera”, se limito a decir “hay no”, y a hacer un gesto de desilusión. Entonces cuando leí su blog, quise escribir y decir que aún hay personas que no dejarán fracasar la sociedad, personas como ella que aún pueden guardar una esperanza y ponerse en el lugar de las familias de los jóvenes; ella que al momento en que se dan estos hechos esta siendo presionada y acosada por un superior en su entorno laboral, sin justificación ni argumento, aún así tiene un espacio en su mente y corazón para sentir empatía por un semejante, ambos trabajamos con jóvenes, sabemos de las problemáticas que enfrentan y sin duda siempre será una gran pérdida para la sociedad la muerte de un joven, por las circunstancias que sean, por que el ímpetu, las ideas, la energía y la revolución en el corazón de un joven deben de protegerse y alentarse, para precisamente evitar el fracaso de la sociedad.

Bocanegra dijo...

Terrible. Aterrador. Realidad que hace temblar -de miedo y de coraje- a cualquier aficionado al cine gore. Hasta acá se oye tal violencia. Calificar a ésta, no lleva siquiera ni a sacarse el coraje ni la impotencia ante tanta crueldad. Quemar. Tirar. Despedazar. Deshacer en ácido. Todo esto en los cuerpos como si fueran cosas. El país llevado al extremo. Violencia y corrupción. O sea, nada que parezca favorable para nadie; excepto, para los corruptos y para todos aquellos que buscan el billete rápido, como sea y contra quien se ponga enfrente.

Un saludo desde la impotencia.

Anónimo dijo...

Creo que es muy cierto todo, Dra, solo que tambien hay miedo y mucho, me pongo a pensar que hubiera hehco yo si me hubiera tocado ser maestra de esos chavos y ver el famoso bulling...o darme cuenta del linaje del chavito hijo del capo....no se tal vez mis entrañas mis creencias me habrían hecho saltar y decir alto...pero se que me hubiera dado miedo también por las represalias....eso es otra cosa...mucha veces a uno le toca ver cosas injustas y si claro quieres levantar la voz tu corazon te lo dice, ardes por dentro por hacerlo, per luego la voz de la razón te dice: ¿para que te metes en problemas ajenos? pasa lo más incognito posible de quienes puedan tomar una represalia...si como sociedad fracasamos pero el miedo nos paraliza...ahi que se puede hacer...???

Rossana Reguillo dijo...

Agradezco profundamente sus comentarios. Lo fundamental es cómo logramos construir voluntades colectivas, atajarle el paso a la violencia, desactivar la narco-máquina; traer para los niños y los jóvenes un mundo más amable, incluyente, justo, donde no quepa la impunidad, ni la injusticia y donde cada vida, cuente. De verdad, gracias

Anónimo dijo...

Rossana te leo desde lejos, dejé Guadalajara hace años.
Me queda ayá un hermano desempleado de 31 años, a mis padres, la ciudad los echó antes, teniendo que vender su único patrimonio, su casa, por la misma razón.
Hace unos meses volví a esa ciudad ajena, ciudad que muestra con obviedad el lavado de dinero en ciertos nuevos y derrochantes proyectos que contrastan con una realidad que no calza.
Y habrá que pagar las cuentas por las apariencias.
Pero acá estoy escribiendo para contar mi parte y agradecer tus palabras tan bien dichas, por contar lo que pasa desde una perspectiva que invita a hilar mas fino, a caminar en una nueva dirección. Eso, eso es lo que le queda al mundo que no es mas que algo mas grande de lo que es Guadalajara.
El poder de orar, para hacer, para que el amor nos haga mas fuertes, para unirnos mas y darle una opción a quien ciegamente daña una sociedad por estúpido poder. Maestros, padres, genteque cruzamos en la calle, todos, todos vamos haciendo la diferencia. Que la bendición de nuestra madre caiga sobre todos nosotros y nos dé claridad. HAgamos nuestra parte dejando a un lado la frivolidad, la vida chatarra, el sinsentido.

Anónimo dijo...

No queda mas que lamentar nuevamente, hasta cuando seguiremos en esta imperdonable actitud? miedo todos tenemos, todos atrincherados, protegiendo a los que están a nuestro alrededor, sin darnos cuenta que la sociedad entera necesita e esa protección, no podemos seguir así, mirando desde lejos, tenemos que actuar y pronto, y esa acción se llama exigir. Exigir compromiso, respeto, honestidad de nuestros gobernantes, no es un sueño, es una realidad que nuestra sociedad cree que no merece. Merecemos eso y más, merecemos no solo seguridad, tambien educación, trabajos. Tenemos que hacerlo, no dejarlo en pensamientos, debemos levantar la voz y exigir, unirnos, no solo lamentar noticias como esta. Que pasará con los demás estudiantes de esa escuela, seguirán ahí u optaran por salirse? El compromiso viene desde abajo, pasando por la casa y siguiendo por las escuelas, ya basta!

Anónimo dijo...

Buenas noches, es la primera vez que leo su blog y me ha gustado mucho. En primer lugar porque de el emanan sentimientos, al contrario de las típicas noticias periodísticas que suelen ser un típica sucesión de palabras narrando los hechos de manera tan fría y hasta frívola que los hacen parecer como algo ajeno, lejano o ficticio.
Estas cosas duelen y no debería dolerle sólo a la familia, la sociedad completa deberíamos ser lo suficientemente empaticos para sentir y apoyar a todas las personas que día a día soportan o sufren las violaciones más horribles a su dignidad. Incluso si fueran mínimas no deberíamos tolerarlas.
Ha sido fuerte leer que hemos fracasado com sociedad, más porque es verdad.
Hay una idea que ronda por mi cabeza últimamente, quizás es muy tonto, pero me pregunto ¿como se puede enseñar a niñ@s y jóvenes sobre paz, solidaridad, honestidad y otros valores, cuando ven una realidad muy distinta, sin que piensen que una debe estar equivocada?
Reitero que me ha gustado mucho tu artículo y ha sido una muy afortunada casualidad haberme topado con tu blog.

Anónimo dijo...

Hay muchos aspectos para analenizar en esta lamentable y terrible tragedia que sucedió en Guadalajara,en donde la violencia está siendo de lo más cotidiano.
La visión que tenían los jóvenes, ¿Qué esperaban encontrar?, ¿Qué fácil es llegar a los niños, a los jóvenes? Tan vulnerables, inocentes, confiados, con ganas de descubrir cosas nuevas y sí un amigo te invita, por qué no, confiar? ¿Qué puede suceder?

Estoy de acuerdo contigo en la relación a la versión de las autoridades, no me checa, cómo de ser una investigación del " crimen organizado" pasa a ser bullyng. Y el hijo del narco, ¿quién es?, ¿qué tipo de burlas le hacían, durante cuanto tiempo? ¿Ya lo citaron a declarar? ¿Su padre está involucrado? La escuela debió enterarse, por los mismos alumnos si se dieron las burlas.
El manejo de la información no es clara, dicen lo que quieren que escuchemos. Pero una cosa es importante, no callar sobre esta situación, debemos hablar, reflexionar con los que vivimos, con los que trabajamos o estudiamos, para que la violencia,la insensibilidad, no se quede entre nosotros como algo natural.
No debemos perder la oportunidad de realizar lo que este en nuestras manos para vivir en un espacio más seguro, armónico, justo, amable, en paz, aunque al voltear a tu alrededor sea todo lo contrario.

Familiar dijo...

Después de años me encontré con tu blog, gracias por compartir tu opinión y no quedarte con brazos cruzados... la verdad es que la situación es más complicada de lo que parece, aún así gracias por el apoyo. - BBO.

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